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17 March 2019

"A sangre fría" de Truman Capote - Cristina Vitagliano (Español)





“Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio”. Así habló Truman Capote en una entrevista describiéndose a sí mismo y a su vida. Un Oscar Wilde siglo XX, le etiquetaron más tarde, quizás más por su homosexualidad declarada que por hipotéticas similitudes literarias. Porque, si bien el dandy más famoso de la literatura británica era conocido por su personalidad excéntrica y por su estética vanguardista, pero elegante, el escritor estadounidense, a quien todo el mundo conocía por "Desayuno con diamantes", fue descrito por aquellos que lo conocieron, como un hombre controvertido y agudo, igual que su escritura. Y es precisamente este Truman Capote lo que nos interesa, el que, en 1959, después de leer un artículo sobre un asesinato en el New York Times, se dejó atrás el puente de Brooklyn y las luces de la Gran Manzana para aventurarse en un mundo que no podría haber estado más lejos. Un microcosmos de Estados Unidos formado por campesinos y graneros, en el corazón de Kansas, donde comenzó el largo viaje de entrevistas e investigaciones que lo llevaron, seis años más tarde, a completar la escritura de la novela "A sangre fría ”. El libro, un informe crudo, dedicado a la brutal masacre de una familia entera de agricultores por manos de dos criminales, tiene una larga lista de protagonistas, el primero de los cuales solo puede ser el  estado de Kansas.


Es el mismo Kansas donde Dorothy vivió antes de ser arrastrada a Oz por el tornado, pero esta historia no tiene lugar para hombres de hojalata y brujas; en el Kansas de Truman Capote hay una América rural y católica, que caza faisanes, trabaja la tierra con la cabeza hacia abajo y depende de la divina providencia; pero al mismo tiempo, es una América rural, conmovedora y desesperada, donde la leche condensada se come en los días de fiesta y los plátanos podridos en los días normales, donde se recogen colillas de cigarrillos del suelo y el alcohol es barato. Simples paliativos para el sufrimiento y la violencia de la vida. 

Truman Capote estaba muy lejos de su casa cuando comenzó a escribir "A sangre fría", sin embargo escribiendo este libro se encontró con un paliativo a su propio sufrimiento, tanto  que, según sus palabras, este libro cambió su vida. Su manera, increíblemente fría, y al mismo tiempo casi despreocupada y descuidada, de contar la masacre de la familia Clutter, le trajo numerosas críticas, entre ellas la de haber actuado con un "voyeurismo cínico". Esta novela, que, según sus esperanzas, debería haberle hecho ganar el Premio Pulitzer, llevó a los críticos y a los lectores de la época a preguntarse sobre este cinismo, a preguntarse si fuese correcto "observar" un crimen desde el ojo de la cerradura, contando hechos, detalles y minucias, sin cambiar de tono, sin juicio y, sobre todo, sin lástima.


Capote nos cuenta de los cuatro miembros de la familia Clutter, y de sus vidas simples, hechas de galletas de coco, graneros, caza de conejos, iglesia y de todo lo que era su cotidiana vida campesina. Nos cuenta de la joven Nancy, de sus dieciséis años, de sus "vaqueros desteñidos" y su "suéter verde", preparaba tartas de cerezas, quedaba con su novio conocido en la escuela y, desde su colorida habitación, soñaba con Manhattan, la misma Manhattan que amaba Capote. Una docena de páginas y se habla nuevamente de Nancy, pero esta vez de una Nancy irreconocible, porque  le habían disparado en el cuello. Se habla de su osito de peluche que, como ella, mirando al cielo, se tendió a sus pies, atado a sus manos.

No hay esperanza de justicia, no hay dolor, no hay tristeza en la historia de Nancy y de su familia, solo existe el frío helado de las noches de noviembre en Kansas, que, tal vez, se parece al mismo frío de las noches de Nueva York.



Luego están las historias y las palabras de los dos ejecutores de la masacre, los dos asesinos que mataron sin piedad a los Clutters, y que, por este motivo, fueron condenados a muerte y ejecutados unos meses antes de la publicación de "A sangre fría".

Capote los menciona tácitamente al principio de su novela, hablando de "colaboradores", que gracias a numerosas entrevistas, hicieron posible escribir el libro. Y es hacia a Dick y Perry, los únicos actores aún vivos de la tragedia, los únicos que Capote pudo conocer en persona, a quienes dirige su atención.


Gracias a sus palabras, transmitidas y enriquecidas por las opiniones del autor, sabemos que Richard "Dick" Hickock, "no tenía sensibilidad para la música y la poesía", pero, no solo eso, era "intensamente sólido, invulnerable, absolutamente masculino".

De la misma manera, sabemos que Perry Smith, sobre el cual hay rumores de una  relación sentimental con el mismo Capote (rumores no verificados), "podía ser como un niño", que pasaba horas enteras chupándose los pulgares y al mismo tiempo "era capaz de enfadarse más rápido que diez indios borrachos ".

Sabemos que Perry era "un joven duro y frío, con una mirada serena y un poco adormecida". Este es el punto: "frío" es realmente la palabra clave de este libro y no solo porque es una de las tres que componen el título.

Perry es frío; pero fría es también la sangre del lector, que realmente se congela en las venas al leer la descripción muy detallada del asesinato, así como de frío es el Kansas, en el corazón de América, tan frío y al mismo tiempo hermoso, como el estilo de Truman Capote.


"A sangre fría" es un libro difícil de leer y de digerir. Es un libro complicado, que tardó seis años en salir a la luz y que esos seis años los muestra todos. Sin embargo, es un libro que hay que leer, un libro necesario, aunque solo sea para admirar el absoluto talento literario de Truman Capote.

Cristina Vitagliano

24 March 2018

¡MÁS LUZ! - La amplia visión angular de Lawrence Ferlinghetti (Traducción al Español de Juanjo Monsell)






Mi ex mujer fue la inspiración para Against the Chalk Cliffs. Los acantilados están sobre la playa de Bolinas, California, donde solíamos pasar el tiempo cuando vivíamos en North Beach, San Francisco. Los acantilados no son realmente de tiza pero yo sentía que ‘’chalk’’ en el título le otorgaba al asunto una sensación de fragilidad y vulnerabilidad. Yo sentía que ella era frágil. Lo pinté en mi primer estudio en San Francisco, en el 9 de Mission Street cerca del Embarcadero (el edificio Audiffred). Heredé el estudio de Hassel Smith, el pintor figurativo que había virado hacia lo no-objetivo. Allí había otros pintores del movimiento figurativo de San Francisco en el mismo piso, Frank Lobdell entre ellos. Era un estudio magnífico, un gran loft en un tercer piso con vistas a la Bahía. No había calefacción exceptuando una pequeña estufa de carbón, y, por encima de la planta baja, no había electricidad (exactamente igual que París – ciudad que acababa de abandonar). El alquiler eran 29$ al mes. En el segundo piso estaba el club ‘’Seven Seas’’ de Alcohólicos Anónimos y, durante la Gran Huelga del Puerto de los años treinta, algunos líderes sindicales como Harry Lundgren o Harry Bridges también tenían allí sus oficinas.





‘’Lo único que quería hacer era pintar la luz del sol sobre el costado de las casas’’, decía Edward Hopper (o algo por el estilo) y hubo legiones de poetas y cineastas obsesionados con la luz. Yo encajaría perfectamente con el romántico visionario e irracional que dice que la luz va antes y que la oscuridad no es más que una sombra fugaz que hay que eliminar con más luz. (‘’¡Más luz!” gritó el poeta al morir). Los poetas y los pintores son portadores naturales de luz y lo único que yo quería hacer era pintar luz en las paredes de la vida. 

Yo nunca quise ser un poeta. Me eligió, yo no lo elegí. Cuando uno se convierte en poeta lo hace, si no en contra de su voluntad, en contra de su buen juicio. Yo quería ser pintor pero, de los diez años en adelante, no han dejado de aparecer estos malditos poemas. Quizás algún día me abandonaran y podré retomar la pintura. 

Door to the Sea, una gran pintura, está ligeramente basada en el Door to the River de Willem de Kooning. Comenzó como una pintura totalmente abstracta, pero se colaron figuras humanas. Al haber crecido en Nueva York, me identifico, obviamente, con los expresionistas abstractos neoyorquinos, que eran mis coetáneos, y, al principio, trataba de pintar como de Kooning y Franz Kline y Robert Motherwell pero, en realidad, no poseía en absoluto su misma visión ya que la figura humana (hombre o mujer) siempre surgía. Más tarde, expresé este conflicto en una pintura llamada Triumph of the New York School, un gran lienzo con formas lineales negras superpuestas sobre humanos. Hago una distinción entre ‘’no-objetivo’’ y ‘’abstracto’’. Una pintura no-objetiva no es una ‘’abstracción’’ de un objeto o escena actual. Es una nueva creación que no tiene ninguna referencia fuera de ella. De este modo, ‘’expresionistas abstractos’’ es nombre inapropiado, pero así es como se hicieron conocidos, debido a la semántica descuidada de algún crítico.



El sol agradable del impresionismo crea poemas de luz y sombras. La luz rota del expresionismo abstracto crea poemas de caos. 

Las imágenes aparecen y desaparecen en la poesía y la pintura, salen de un vacío oscuro y entran de nuevo, mensajeros de luz y lluvia, elevan sus brillantes lámparas centelleantes y se desvanecen en un instante. Pero pueden ser vislumbradas el tiempo suficiente como para grabarse como sombrar en una pared de la caverna de Platón. 

El título Manhattan Transit está adaptado del libro de John Dos Passos. También fue pintado en el 9 de Mission Street. En aquellos días, antes de que Gesso apareciese en el mercado, los pintores cubrían sus lienzos crudos con cola de piel de conejo. Yo calentaba el bote de cola en la estufa de carbón. Esta es una de las tres o cuatro pinturas abstractas que hice en los cincuenta, un tiempo en el que realmente no sabía cómo dibujar. Era una salida fácil (¡cuántos otros pintores aspirantes hacían lo mismo!).



A través del arte, crea orden afuera del caos de la vida.


Los dibujos con carboncillo estaban basados en las poses de un minuto de modelos de estudio, generalmente llamados ‘’dibujos gestuales’’, y se hacían en los ochenta y noventa en mi estudio de Hunters Point Shipyard, en San Francisco. Al dibujo original, en todos los casos, añadía más tarde otra cara o cuerpo en un intento de otorgarle un poco de ambigüedad o misterio. No porque no haya misterio suficiente en un cuerpo desnudo, masculino o femenino.




De todos modos, ¿qué hace un cuerpo desnudo en la tierra y cuál es su misteriosa existencia? Además de eso, existe lo que suele llamarse ‘’el misterio de la Mujer’’, un concepto romántico que la dotaba de un atractivo inalcanzable e inescrutable tanto sexual como espiritual. Después, la revolución feminista bajó a la Mujer de su pedestal. Pero el cuerpo permanece igual.

Ten amplia visión angular: cada mirada, un vistazo del mundo. Expresa la vasta claridad del mundo exterior, el sol que nos ve a todos, la luna que esparce sombras sobre nosotros, estanques de jardín tranquilos, sauces en los que cantan tordos escondidos, crepúsculo que desciende junto con el río por los grandes espacios que se abren sobre el mar… Marea alta y llamada de la garza… Y la gente, la gente, sí, por toda la tierra, hablando lenguas de Babel. Dales voz a todos ellos.



Oh Pocahontas, Pocahontas! está destinada a expresar mi compasión por esta joven India Americana y todo lo que sufrió a manos de blancos admiradores y explotadores. Esta pintura no tiene nada que ver con la precisión histórica. Las imágenes de Pocahontas en esta pintura son imágenes recordadas de un libro para niños que debí de leer cuando tenía unos diez años. Durante todos estos años, he cargado este pequeño retablo, listo para ser proyectado en mi cráneo en cualquier momento. Ese tipo de instantáneas constituyen nuestras memorias y, cuando se bosquejan sobre un lienzo años después, reviven con toda su intensidad original (si el pintor es lo suficientemente bueno como para capturarla).



Lovers es otra gran pintura del que probablemente fue el modelo más bello que jamás haya tenido en mi estudio, una joven mujer pelirroja, seguramente posando por primera vez. Había frescor y pureza sobre ella. Más tarde, añadí la cabeza de un hombre barbudo y un poco más viejo que ella, quizás imaginando lo que sucedería en su futuro.






La poesía es la distancia más corta entre dos humanos. 

El Arte no es Casualidad. La Casualidad no es arte, excepto por casualidad. 

El brillo del sol de la poesía proyecta sombras. Píntalas también. 

Pinta como un demonio despierto, obsesionado. Lo que es importante en una pintura son sus fascinantes y misteriosas manifestaciones de vida. Así que dime qué vida hay para ti en tu pintura. Sé entusiasta. Excítate. No estés simplemente sentado. Excita la imaginación.



This Is Not a Man es claramente un juego con Ceci n’est pas une pipe de la pintura de René Magritte. Sin embargo, la pintura no tiene nada que ver con el Francés. La historia real se remonta a los años cuarenta, cuando uno de mis hermanos era el asistente del alcaide en la prisión de Sing Sing en el Hudson, en Nueva York. Tenía que presenciar todas las ejecuciones en la horrible silla vieja de madera con sus cables eléctricos, gruesas correas de piel para brazos y piernas y un pesado casco para la cabeza. Era un panorama espantoso incluso sin un hombre en él. Después de que mi hermano muriese, entre sus papeles se encontró una foto en blanco y negro de un hombre en la silla apunto de ser freído. En el reverso de la foto, escritas con lápiz, estaban las instruccioes para el ejecutador: ‘’Acopa los electrodos a la cabeza y las piernas”, etc. Serigrafié la foto en un lienzo y, después, pinte en él. Fue utilizada en una campaña mundial contra la pena capital y sigue estando disponible para ese uso. Pero la barbarie continúa. ¡Adelante, Soldados Cristianos!, ¡Matar o morir! En dos mil doce años de Cristianismo hemos sido capaces de mantener nuestros instintos más salvajes. 



Lo que tengo en mente es el arte como lugar para profundizar en el destino del hombre.






‘’Me he ganado el exilio’’ ha sido siempre una de mis citas favoritas de EP – una última palabra en su larga expatriación. ¡Tanta vida cupo en esa única línea de poesía! Es quizás una declaración vital tan fuerte como el ‘’En medio del camino de nuestra vida me encontré por una selva oscura” de Dante. Mi estudio abstracto de la cabeza de Pound está basado en un dibujo abstracto similar de Gaudier-Brzeska en la cubierta de la edición de New Directions de los Personae de Pound. Además del original, que todavía poseo, hay tres copias, ligeramente más pequeñas que el original – uno en la librería City Lights en San Francisco, uno en New Directions en Nueva York y uno propiedad de la hija de Pound, Mary de Rachewiltz en el norte de Italia. La visité hace casi diez años. Lógicamente podía haber estado molesta por mi escandalosa crítica de Pound en Americus: Book I pero, evidentemente, estaba contenta por el retrato pintado por mí. Ella es una valiente defensora de su padre, por supuesto. 



El arte tiene que hacerse por su cuenta, sin explicaciones, y para la poesía sucede lo mismo. Si el poema o la pintura tienen que explicarse, entonces hay un fallo en la comunicación.


Lawrence Ferlinghetti
Traducción: Juanjo Monsell