«Lei tus versos, sí, por encima de tu hombro. ¡Flores enfermas o rosas de hastío! Oh, eres un típico caso de espíritu otoñal. Ya no se te ve en ninguna parte, no sales más, ¿qué pasa, mi pobre amigo?».
Entonces él respondió, con su voz abúlica:
«Lo que pasa, es eso...», y con su mano sorprendentemente fina y larga, me mostró por la alta ventana los árboles sin hojas de la avenida desierta y todo ese decorado de frío y de tristeza que noviembre dibuja en las esquinas de nuestras calles «¡Oh! Ese cielo amarillo y nublado que pesa como plomo, esos fantasmas de árboles sin ramas y esos techos como escondidos en la llovizna... y la fealdad de esos que andan por la calle, ¡qué escasos, por otra parte, pero sin embargo no lo suficiente! Me estoy muriendo, ya ves, por la falta de sorpresas, por la trivialidad de esta cosa pobre y fea que es la calle de París», «Y también un poco de esto» dije paseando mi mirada alrededor de la alta habitación amueblada y decorada con un lujo por lo menos extraño y, señalando un busto de bronce verde con ojos de plata bruñida apoyado encima de una columna de mármol, luego más lejos una cera pintada de pupilas extraviadas, de labios entreabiertos que erguía sobre un arcón una cara de agonía deliciosa, de gracia y espanto a la vez.
«¿Acaso crees seriamente que todo este arte puede ser sano? Ciertamente hay brujería en esos arreglos, y cualquier mente se trastornaría por mucho menos». Y descubriendo, en un marco de plata vieja abollada de frutos de cornalina y de ágata, una extraña cabeza cortada de Safo o de Orfeo, le dije: «Y esa podredumbre, esa flor de anfiteatro en ese paisaje espectral, ¿tú crees que a la larga no te llega a destrozar los nervios tener delante todas esas cabezas cortadas? ¡La sola elección de esos colores es una confesión de enfermedad moral! ¿Dónde se vieron semejantes crisantemos, por ejemplo?».
Otro título del extraordinario catálogo de “El Doctor Sax”. Los cuentos de Lorrain son una maravilla.
Otro título del extraordinario catálogo de “El Doctor Sax”. Los cuentos de Lorrain son una maravilla.