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25 September 2023

CONTRA LA CARROÑA POÉTICA SUBVENCIONADA - por Rafael Becerra

 




Tengo un sueño persistente, obsesivo, y lo peor, real. La poesía pierde la calle secuestrada por burócratas, por andróginos cerebrales que creen dominar un arte que se escapa entre los dedos de los que se jactan de ser lo que no son. Un ejército de junta letras, de pega versos, se arremolina alrededor de las instituciones olisqueando culos de consejeros, concejales, y diputados. Buscan la caricia en la cabeza que les abra la puerta de la subvención, del certamen, de su pestilente propuesta apoyadas por instituciones a los que la palabra cultura les parece una catedral llena de humedades que rellenan con poliespan y luces creyendo que ofrecen la palabra y el arte al pueblo.

Y el pueblo se lo cree.

Someten su pensamiento y se someten a la moda, a la vertiente, a la novedad ovillada en caramelo podrido que confunde el camino. No es cosa fácil escribir un poema, ni pintar un cuadro, ni sufrir el proceso de cualquier creación, si dejamos en manos mediocres estas cuestiones corremos el riesgo de claudicar nuestra libertad. La poesía por mucho que lo pretendan no tiene hogar, y mucho menos institución apolillada que la abandere. La poesía es libre y se manifiesta en los lugares y personas más insospechadas, es susurro, es luz y oscuridad, es guarida y prisión, es muerte y es vida, y por lo tanto impredecible e insobornable. No se crean todo lo que escuchan, sobre todo si es ofrecido en bandeja de plata, su mirada limpia es fundamental, búsquela en la calle, en los ancianos, en los niños, en la podredumbre o en la belleza básica, pero no pretenda encontrarla en festivales plagados y organizados por camarillas de aprovechados que no saben ni sabrán, por muchos libros que escriban, de lo que están hablando.

Las personas que amamos el verso libre de ataduras, profundo, espontáneo, flamígero y luminoso, negamos y manifestamos nuestra repulsa frente a los apesebrados rebaños de adalides culturales, funcionarios que pretenden prender la belleza sin saber que forma tiene, que encabezan reuniones y organizan festivales a costa del dinero público con el fin de vivir del cuento, aparentando unos conocimientos que no tienen y una sensibilidad de la que carecen. Son doctos en mediocridad, panfletarios con las tripas llenas de gases que es donde modelan sus inmundicias literarias que son celebradas por sus mecenas que encumbran a sus pupilos con un coro de rebuznos.

El poema es indómito y salvaje, asalta tu sueño, te aborda como un pirata en el océano, o te abruma como una lluvia de estrellas. Sus dominios son la vida y la muerte, la oscuridad y la luz, lo inexplicable y lo sublime, pero, sobre todo, se encuentra a años luz de los cuadernos de la ambición y de los falsos poetas que solo sueñan con el reconocimiento, una cuadra caliente y el morral lleno de cereal.

Rafael Becerra


25 April 2023

EL ANARQUISTA - Joseph Conrad

TRADUCCIÓN:

RAFAEL BECERRA BERNAL


Este libro está formado por cuatro cuentos: El Anarquista, El Confidente, La Bestia, Il Conde. De todos ellos, el primero es el que da título al volumen. Originariamente estos cuentos formaban volumen con otros dos y fue titulado A set of six; El Doctor Sax, ya publicó anteriormente El duelo, pieza clave en la bibliografía de Conrad. En estos cuatro cuentos aparentemente tan diferentes, el autor, nos sumerge en un análisis radiológico de la condición humana, por sus páginas desfilan personajes de todo tipo, algunos arrastrados por un destino impredecible y otros, despojados de golpe del control que suponían sobre sus propias vidas. Conrad con fina ironía vapulea por igual a todos, colocándolos al fin, en la tesitura de enfrentarse a sus propias existencias. Es un libro que tiene aventura, exotismo, política, humor, fatalidad, superstición, y por supuesto, tratándose de quién se trata, marinería, mucha marinería.

 Joseph Conrad nació el 3 de diciembre de 1857 en Berdichev, Polonia (hoy Ucrania), hijo de un noble, patriota polaco que traducía obras de Shakespeare, exiliado por los rusos por motivos políticos. El joven Conrad con 16 años, se instaló en Marsella. Durante cuatro años navegó en barcos mercantes franceses, luchó en España durante las guerras carlistas. Obtuvo la nacionalidad británica en 1886 y cambió su nombre. En 1902 se embarcó hacia Congo y lo que vio, vivió y sintió ahí, quedó plasmado para la posteridad en El corazón de las tinieblas con toda probabilidad la más famosa, y enigmática de todas sus novelas. Creó una escritura en una lengua que no era la suya y con estilo poderosamente identificable denso, lírico y perturbador universo de palabras, aventuras con halo mágico, sentimientos y sensaciones de vértigo. Falleció el 3 de agosto de 1924 en Canterbury, Kent, Inglaterra, por un ataque de corazón.



28 March 2022

LA ROMA DE PASOLINI de Dario Pontuale - por Rafael Becerra Bernal


La aparición de un libro como La Roma de Pasolini siempre es un motivo de celebración, su autor Dario Pontuale nos presenta un trabajo monumental de investigación sobre la obra, la vida, el cine, y las alegrías y tormentos de un intelectual inigualable: Pier Paolo Pasolini. Todo ello bajo la mirada implacable de la ciudad de Roma, donde el poeta desarrolló su magra obra creativa.

Que no es un libro al alcance o el gusto de cualquiera es evidente, pero cualquier lector con curiosidad y gusto por lo diferente, se sumergirá en sus páginas arrastrado por el deseo de saber y conocer, entrando en contacto con las personas y lugares que fueron fundamental para la obra y el cine del poeta. El contraste de una ciudad como Roma en nuestros días, y la Roma de mediados del siglo XX nada tiene que ver, pero como en cualquier capital histórica, bañada en modernidad, basta rascar un poco la pintura o el yeso y aparece el rostro verdadero de la urbe, plagado de cicatrices y de siglos de historia cruel. A través del libro visitaremos lugares que ya no existen, arrabales, barriadas, fabricas, hospitales, lo que una vez fue y dejó su impronta en la piel reseca y dura del dinosaurio. Pasolini, marcado por ella, la utilizará como un lienzo sobre el que desarrollar su obra cinematográfica y poética.

Por el libro desfilan todas las personas que rodearon la vida y obra del poeta, y que sin duda, de una forma u otra influyeron en su extensa obra. Como decía al principio, un trabajo de los que te dejan exhausto, que solo unos pocos autores son capaces de llevar a cabo. Un libro laberíntico, un mosaico, un animal mitológico que extiende sus tentáculos detrás de otros creadores desconocidos en nuestro país, que invita a acercarse a la obra literaria y cinematográfica de Pasolini, descubrir para muchos o redescubrir para otros. Un edificio cuyas ventanas se abren en todas direcciones y que ofrece un menú de lecturas extenso y apetecible. Y al mismo tiempo, un recordatorio, aplicable a cualquier población que recorramos, y que nos invita a pensar que cualquier ciudad, antes fue otra, sin la cual, lo que vemos y caminamos hoy, no seria posible.




 

05 October 2021

MUTAGÉNESIS de Marina González & Manuel Garrido - por Rafael Becerra


Existe una literatura de consumo, que juega en las grandes ligas, generalmente orientada a un público poco exigente que busca más el entretenimiento que el conocimiento. Nada que objetar, salvo en el caso bastante frecuente de que estos libros saturen el mercado literario sin dejar espacio a otras obras. Hay un gran negocio en las publicaciones de libros, las revistas especializadas están al servicio de las grandes empresas editoras, y ellos suelen dictar lo que hay que leer. Todo lo que no esté en sus catálogos para ellos no existe, y solo ocasionalmente se sumergen allí en busca de nuevos escritores que se adapten a su modo de funcionar.

Afortunadamente ese monopolio deja un terreno inexplorado para lectores exigentes, y editores con buen ojo y mejor criterio. Un ejemplo de ello es el libro MUTAGÉNESIS escrito por Marina González e ilustrado por Manuel Garrido. Los cuentos de esta joya están englobados bajo el subtitulo: Relatos sobre la supervivencia, y en ellos la autora nos va desgranando una serie de situaciones que nos pueden pasar a diario ante nuestros ojos sin ser capaces de detectarlas. Los personajes del libro si que se percatan, y sus razonamientos y reacciones pudieran ser los de cualquiera; no hay héroes. Solo supervivientes, en una cotidianidad plagada de peligros, camuflados y edulcorados para que no seamos conscientes de ellos. El libro además, se enriquece con los linograbados que acompañan a cada uno de los relatos, potenciando su fuerza con una mirada independiente y exótica. Un proceso artesano que en palabras de su autor le llevó un año de trabajo.

El conjunto es un libro sólido, apetecible y sorprendente, con un estilo fresco y profundo al mismo tiempo, que nos muestra la vida, desde dentro de la misma, con su crudeza y su indiferencia hacia los seres desvalidos que la pueblan. Un trabajo muy recomendable, que nos enseña que la gran literatura, no está donde nos dicen que está.

Rafael Becerra




 

16 September 2021

El retrato de Charles Bukowski - por Rafael Becerra

 


Atravesar un pantano como todo el mundo puede adivinar tiene muchas cosas malas: las picaduras de mosquitos, el fango, la suciedad, la humedad y todas las que cada cual pueda imaginar. También tiene cosas buenas siempre dependiendo de hacía donde se vaya.

Hoy me adentro en ese pantano imaginario para hablar de un escritor amado y odiado a partes iguales: Charles Bukowski, muchas veces arrastrado a una mitomanía que él siempre rehusó. Las razones por las que un tipo como Bukowski tiene fama mundial se nos pueden escapar, pero lo que nadie puede obviar es que de alguna forma él dió el salto de las revistas “pulp” y las publicaciones underground a las grandes editoriales. ¿Y qué tiene su escritura para cautivar a millones de lectores? En mi humilde opinión creo que la sinceridad. Desconozco si el autor fue alguna vez consciente de la fama que se le venía encima, pero estoy seguro de que conocer a fondo su propia realidad lo llevaba a transgredir con descaro cualquier tipo de norma ya fuera literaria o de urbanidad. El resto, una legión de lectores deseosos de sumergirse en lo diferente, lo provocativo, lo sugerente: pura pornografía literaria. No es difícil imaginarlos comprando aquellas publicaciones camufladas entre otras revistas, abrirlas en soledad, en busca de lo diferente, del descaro.

Bukowski era un tío con gracia, un tocapelotas graduado en los caminos del alcohol y la indiferencia, nada afín a fanfarrias patrióticas ni militares. La vida lo había maleado de tal modo que el engaño no hacía mella en él. De modo que sus relatos están bañados en humor, a menudo rozando el cachondeo, y otras dotados de una crudeza y profundidad que nos deja “con las patas temblando”.

Y aquí llega la poesía donde la bofetada deja marca, donde el dolor y la decepción supuran y entonces entendemos algo de la soledad de aquel borracho que agarra el bolígrafo y el cuaderno desesperado y escribe acongojado para evitar clavar la pluma en su corazón. Todavía en las noches en lo más profundo de las ciudades, donde la mano farsante del bienestar no llega, es posible encontrar personajes similares a él, seres graduados en auto-destrucción que van dejando caer versos y gestos que nunca estarán plasmados en la historia de la literatura, y cuyo fin es una licenciatura en suicidio.

No se compliquen la vida, lean a Bukowski, se van a reír, aunque alguno se muerda el labio hasta sangrar, merece la pena, pero no crean que han descubierto nada, no es uno de los nuestros, no lo olviden, está muy lejos de parecerse a cualquiera de nosotros, de hecho es inalcanzable por la sencilla razón de que su tiempo es otro, los escenarios de sus relatos son irreconocibles en nuestro tiempo, ahora hay demasiado maquillaje y por desgracia creemos tener todo bajo control. Solo una cosa, cuando en la soledad de la noche, escuchen a un borracho cantando por la calle, orinando en la puerta de su casa, indiferente a las amenazas y a policía local, acuérdense de aquel tipo que andaba tambaleándose de bar en bar con los bolsillos llenos de hojas manuscritas. ¡Salud!


26 July 2021

GLORIA FUERTES: LA PULCRITUD DE LA RESISTENCIA - por Rafael Becerra



Los censores de la época no veían ningún peligro en aquella señora de aspecto estrafalario que leía poemas a los niños. No suponían que representara ninguna amenaza, más bien, con su aspecto y sus lecturas la consideraban un entretenimiento para los más pequeños.

Gloria supo engañarlos, como si fuese el flautista de Hamelin, se atrajo a los más pequeños a la poesía, mediante juegos de palabras, historias locas y sus “humanos animalizados” que no animales humanizados. Sentada en aquel sillón de mimbre, con las gafas en la punta de la nariz, su eterna sonrisa, Gloria leía. Y los niños que la rodeaban seguían sus historias con la boca abierta. ¿Cuántos de los que fuimos testigos de aquello seguimos sus pasos? Desde aquella televisión en blanco y negro, donde tímidamente se colaban locos utópicos que con sus canciones, poemas, obras de teatro, abrían la mente de niños que los absorbían como esponjas, empapándose de aquella creatividad esperanzadora en aquel mundo gris.

Mucho más tarde descubrí los poemas de Gloria Fuertes, me sumergí de lleno en su poesía dolorosa y sincera, nostálgica de una infancia arrebatada y sobrada de posguerra, melancólica y amarga, y al mismo tiempo sembrada de un sentido del humor casi esperpéntico, dadas las condiciones de esa existencia enferma, donde la represión, la amenaza constante y las imposiciones ideológicas eran el pan nuestro de cada día.


Llevaba su carga con resignación, sin dejar que ésta la aplastara, con versos construyó un andamiaje que sujetara su desdicha, con humor apuntaló su existencia, y con los niños encontró la esperanza de que no todo estaba perdido, que en aquellos pequeños, tal vez, estuviera plantada la semilla del cambio, que esa generación que llegaba sabría encontrar otro camino distinto. No sé si fue así. Puede que todos esperemos lo mismo, que otros lleguen y lo hagan mejor. Que los errores se mueran de aburrimiento de tanto repetirlos. Lo verdaderamente importante es que no se rindió, creyó encontrar una vía de escape, un océano donde perderse para poderse encontrar: La Poesía. Y supo con maestría demostrar que sus versos emocionaban, que curaban, y que desde la sencillez podía contar y aliviar.

No la tomaban en serio, “ellos” los tocados por la historia, los que se sentaban al lado de su dios, esa horda que se apropiaba de la inteligencia creyendo que estaban llamados a “ser” y que se fagocitaban unos a otros mientras se ahogaban en sus mentiras y su mediocridad.

Gloria los sobrevivió a todos, está aquí con nosotros, en cada niño que descubre sus poemas, sus animales, sus historias, y en cada adulto que se acerca a su obra, para descubrir la cercanía de sus propios anhelos.

Rafael Becerra 





 

08 July 2021

La eterna belleza de la palabra: un retrato de Emily Dickinson - por Rafael Becerra

 




Existió una poetisa hecha de vapor de agua, de junco y arcilla, y de soplo de brisa de la tarde.
Existió esa mujer casi transparente que no nació para ser desentrañada, que nada tenía que ver con el mundo de los hombres y mujeres que la rodeaban. Ella vivió en una realidad que se nos escapa, de la que hemos desertado y a la que hemos traicionado, y sin embargo, la gente de su tiempo la clasificó pinchándola como a una mariposa en un sombrío cajón acristalado. Pero a ella eso no le importó; como mística, transitó sendas que no están a la vista de cualquiera, en sus menguadas fronteras físicas descubrió toda la grandeza de la existencia, rodeada de flores, de insectos, de amaneceres y de lluvia. Condensó en su bella poesía una página universal del libro de la vida.


Como un ser milenario que aprendió del detalle más insignificante de la naturaleza, la poetisa describe la grandeza de lo pequeño, sutíl engranaje sin el cual esta máquina perfecta no funcionaría.
¿Es posible púes dar con los secretos del alquimista del mundo?
Sí, pero solo una clase de seres están a la altura de vislumbrarlos, una clase nada común, nada pretenciosa; seres que permanecen en silencio maravillados y sumergidos en el más sencillo pensamiento, y algunos, generosos y plenos de amor nos cuentan sus secretos, nos esbozan delicadamente lo profundo y extraordinario de su labor de hormiguita. Su pensamiento tejido con sencillez y belleza, la urdimbre necesaria para la finalización de un tapiz que roza la perfección.
Existió una vez una poetisa, que nos regaló la belleza de unos versos eternos.


Otros pies van y vienen por mi huerto,
otros dedos la tierra han removido;
un trovador que se posó en el olmo
va diciendo el lugar de mi retiro.

Jugando hay otros niños en el prado
y debajo, cansada, se ha dormido otra gente;
y todavía vuelve, pensativa,
la primavera, y puntual, la nieve.


Rafael Becerra






06 July 2021

WILSON EL CHIFLADO - Mark Twain

TRADUCCIÓN:
RAFAEL BECERRA

PORTADA:
PAMELA VARGAS


Wilson el Chiflado es la historia de varias injusticias que se producen en veinte años de la vida del pequeño pueblo de Dawson's Landing. Un crimen sin resolver, una suplantación de personalidad, una acusación falsa de asesinato, un calendario genial, y sobre todas ellas la historia de un apodo que condena a su portador a la burla y el desaire de todo el pueblo durante muchos años. Por sus páginas desfilan la ironía, el humor, la tragedia, la ignorancia, la maldad y la paciencia de quién es tachado de chiflado y que a la postre intenta demostrar que tal vez todos estaban equivocados. ¿O no?

Cuenta la leyenda que a Mark Twain lo trajo un cometa. Él mismo predijo que se marcharía a la vuelta de este. Fue depositado a orillas de una de las grandes serpientes del mundo: El río Misisipi, por el que fue criado y donde pescó sus mejores historias. Hombre pasional, comprometido, y pesimista. Gran viajero y conferenciante, observó gran parte del mundo aplastado bajo la cadavérica mano del imperialismo, enfrentando su pluma contra tan despiadada bestia. Su pensamiento más oscuro sobre la raza humana queda reflejado en el calendario de Wilson el Chiflado y en el nuevo calendario de Wilson el Chiflado, inscrito, este último, en el libro Viaje alrededor del mundo siguiendo el ecuador.

Su definición más acertada la encontramos en sus propios escritos: «La mayoría siempre está equivocada. Cada vez que veas que estás al lado de la mayoría, será el momento de reformarte».










22 June 2021

JOHN BARLEYCORN de Jack London - por Rafael Becerra

 


Una vez más el maestro Jack London escarba en sus recuerdos para ofrecernos otro libro autobiográfico lleno de aventuras de todo tipo. Pero esta vez lo hace narrando su relación intima con el alcohol, llamado John Barleycorn. Desenmascara a tan escurridizo personaje descubriendo todas sus tretas, todas las artimañas que utiliza para arrastrarte hasta el fondo del pozo y acabar contigo. Un demonio al que hay que conocer profundamente para poder sobrevivir a su abrazo y hacer que se doblegue si quieres que cabalgue contigo durante toda tu vida.

Desmadejando sus recuerdos, London nos habla de la temprana primera cerveza que lo llevó a su borrachera inaugural, y a partir de ahí, del profundo conocimiento que tuvo de tan nocivo camarada durante toda su vida. “John Barleycorn ha convertido en ruines a más hombres de los que ha llevado a la gloria” La narración que atrapa desde las primeras páginas se convierte en un catálogo del arte y la desgracia del bebedor, cuenta la ruina a la que te lleva la bebida sin control, pero también habla de la camaradería, de los momentos de euforia y los encuentros propiciados por ella, antes de caer atrapado en sus redes. Al mismo tiempo las vivencias de este gran aventurero nos desgrana una personalidad única siempre queriendo más, deseando empequeñecer el mundo ante sus ojos, esos ojos voraces, escrutadores, que almacenaban todo lo que veían para que los afortunados lectores soñáramos las aventuras de otro.


La vida alrededor de los muelles, embarcaderos, barcos de todos los calados, rutas comerciales, pirateo de ostras, tipos despreciables, y desgraciados de cualquier pelaje, pero sobre todo tabernas, saturadas de brebajes de todo tipo para demoler y doblegar mediante el embrutecimiento. “John Barleycorn destruye porque es accesible, está en cualquier calle, protegido por la ley, saludado por los policias, a quienes habla a quienes saluda y conduce a los lugares en donde sus devotos se encuentran sumidos en su ausencia”

El libro es de una honestidad aplastante, London no oculta nada, se desnuda en sus páginas para mostrar sus llagas de bebedor, los excesos de una vida en el filo de la navaja, que a la postre le pasaría factura. Una rama del árbol frondoso que fue ese gran aventurero, que exprimió su existencia para poder plasmarla en sus libros.
Las memorias alcohólicas es un relato de los que no se olvidan fácilmente, uno de esos volúmenes que se atesora con cariño y al que se promete una segunda lectura pasados unos años, justo quizás cuando nosotros mismos hallamos aprendido a ignorar o a dominar a ese espíritu burlón que nos ronda todos los días llamado John Barleycorn.

Rafael Becerra Bernal

27 May 2021

EMANUEL CARNEVALI: LA DESDICHA DE LA LUCIDEZ - por Rafael Becerra


Al lector de poesía le ocurren muchas cosas. Llega un momento en que su bagaje es tan amplio que encuentra difícil sorprenderse, esto no quiere decir que no disfrute con ella, pues la variedad a lo largo de la historia es tremenda. Pero a veces se entra en un estado de conocimiento pedante que lo puede distraer de la obra que tiene delante.

Hace poco ha llegado a mis manos el libro: Molestando a América. De Emanuel Carnevali. Y puedo decir sin reparos que es el puñetazo en el estómago más fuerte que he recibido en muchos años.

Hay poetas que jalonan la historia de la poesía embarrando los jardines floridos, no abundan, y siempre rondaron los límites de la marginalidad y de la autodestrucción. A mí siempre me atrajeron como un imán, admiro la belleza, la destreza en el lenguaje, pero por encima de todo, me rindo ante la crudeza, ante la realidad versada de forma magistral. Esto tal vez tenga que ver con el devenir de mi propia vida, con una característica que la ha marcado: la decepción. Emanuel era un decepcionado. Su rastro va dejando miguitas de amargura destilada que me hace suponer un espíritu marcado a fuego, una voluntad anómica que no esperaba nada de los demás ni de la vida. Esta febril existencia tenía por fuerza que marcar herrumbrosamente su estilo creativo. Y arribando a la tierra prometida ya sabía lo que se iba a encontrar. Puede que sus compañeros de viajes soñaran con un destino definitivo donde poder integrarse y consolidar una sociedad en ciernes, pero el poeta no. Él estaba condenado a la expectación, a revelar la realidad de una fotografía sin encuadre. Podría decirse que el decepcionado nace, no se hace. Los poemas de Carnevali tienen la crudeza, la fina ironía, el desenlace, y la estructura del que aspira el aire a bocanadas en un ambiente asfixiante para poder sobrevivir. Aquí no hay bromas, se nota la seguridad del que va dominando el páramo, del que vive en el fango conociendo sus secretos.


Criado en Florencia, emigró a América con dieciséis años. La diferencia con las grandes urbes americanas como Nueva York o Chicago, ciudades despiadadas armadas como necesidad, frente a la suya propia, creada y amada por sus habitantes que la dotaban de vida propia, debió de impresionarlo de tal modo, que dio pie a su expresión poética, ajeno a modas y posturas. El rastro de sinceridad, de amargura es tal, que no sorprende el oscurantismo al que ha sido relegado. Pero esto no deja de ser una etiqueta, lo importante es la belleza que emana de su obra, imágenes crueles, sarcásticas, reales. En sus propias palabras, una confesión definitiva:

tú me devolviste por todas las cosas que te llevé
un espiritu de rebelión, 
árido, enfermizo, y estúpido.

La sinceridad acapara todos sus escritos, y sus actos, que muchos considerarán censurables. Estamos habituados por falta de empatía a juzgar con rapidez, pero todo esto no es más que una cascarilla que ponemos para no mostrar las propias armas y el alma débil y aterrorizada que nos habita.

¿Cuántos poetas? ¿Cuántos ignorados, perdidos, enterrados? La misión fundamental es encontrarlos, descubrirlos, publicarlos. Ahí está el aire a respirar. Un amigo atemporal que nos susurra ayudándonos a sobrevivir, a llevar nuestra decepción con dignidad.

Rafael Becerra 


25 May 2021

El retrato de Henry David Thoreau - por Rafael Becerra

“La verdad es que hoy en día no somos, incluidos los caminantes, sino cruzados de corazón débil que acometen sin perseverancia empresas inacabables. Nuestras expediciones consisten solo en dar una vuelta, y al atardecer volvemos otra vez al lugar familiar del que salimos, donde tenemos el corazón. La mitad del camino no es otra cosa que desandar lo andado. Tal vez tuviéramos que prolongar el más breve de los paseos, con imperecedero espíritu de aventura, para no volver nunca, dispuestos a que solo regresasen a nuestros afligidos reinos, como reliquias, nuestros corazones embalsamados. Si te sientes dispuesto a abandonar padre y madre, hermano y hermana, esposa, hijo y amigos, y a no volver a verlos nunca; si has pagado tus deudas, hecho testamento, puesto en orden todos tus asuntos y eres un hombre libre, si es así, estás listo para una caminata”.

Esto que acabamos de leer pertenece al ensayo: Caminar de Henry David Thoreau, sin lugar a dudas uno de los textos fundacionales de lo que muchos años más tarde sería conocida como la generación BEAT. Thoureau a través de sus escritos se convierte en maestro de unos jóvenes ávidos de conocimiento. El americano tiene espíritu aventurero, en todos sus antepasados hay un colono o un explorador, (también un invasor y un saqueador, amparados por su dios y su idea del destino manifiesto) hombres y mujeres que dejaron todo para encaminarse a lo desconocido de una tierra salvaje e inexplorada, en busca de una vida mejor. Walt Whitman les dedicó sus cantos, y esa idiosincrasia impregnó el espíritu de aquella generación posterior dedicada a viajar física y espiritualmente en busca del conocimiento y del propio lugar en el universo.

Henry David Thoreau, ensayista, poeta, topógrafo, fabricante de lápices, disidente nato y maestro de la prosa, nació en Concord, Massachusetts en 1817 desde pequeño ya dio muestra de su espíritu individualista y contestatario, heredado de su abuelo que fue uno de los instigadores de la “rebelión de la mantequilla” la primera protesta estudiantil de las colonias. Fue profesor y junto con su hermano abrieron una academia de gramática en Concord donde introdujo conceptos progresivos tales como caminatas al aire libre, o visitas a negocios y fábricas locales.


Fue en Concord donde conoció a Ralph Waldo Emerson, padre del trascendentalismo, y su círculo de amistades íntimo. Thoreau abrazó la nueva doctrina en un principio y colaboró en la revista que dirigía Emerson con algunos ensayos. Se convirtió en tutor de sus hijos y más tarde trabajaría en la fábrica de lápices familiar. Pero su verdadera pasión eran la literatura y la naturaleza. Años después sintió la necesidad de vivir en la misma y se trasladó a una finca propiedad de Emerson, de aquella experiencia nació: Walden, o la vida en los bosques. 

En julio de 1846 Thoreau tiene un encuentro con el recaudador de impuestos local que le insta a abonar sus atrasos de seis años. Thoreau se niega debido a su oposición a la guerra mexicano-americana y a la esclavitud, lo que lo llevó a pasar una noche en la cárcel, en contra de su voluntad, su tía pagó la fianza, a raíz de esta experiencia traumática, el joven escribe Desobediencia Civil un verdadero manifiesto a favor de un individualismo ascético y extremo, en él llega a proponer la abolición de todo gobierno, lo que convertiría a este texto en un referente para movimientos libertarios de todo el mundo. Un hombre pasional que construyó su vida alrededor de su amor por la naturaleza. Un asceta cuyos libros te llevan a buscarte a ti mismo, un espíritu libre que nos regaló una obra pura y hermosa.

Caminar es una exposición de la filosofía de deambular, la defensa de un “pensamiento salvaje”. Su ironía y el rumbo vagabundo que por momentos toman sus reflexiones, nos tonifica el alma y nos traslada una gran paz. 
Es necesario que Thoreau nos recuerde que “el aburrimiento no es sino otro nombre de la domesticación.”

Rafael Becerra

17 May 2021

El retrato de Ernest Thompson Seton - por Rafael Becerra


A lo largo de la historia de la literatura encontramos constantemente la figura de animales, en muchos casos, humanizados. Nacidos en todas las culturas de cualquier parte del mundo, éstos se prestan a ser la voz de la sabiduría, de la bondad, o representar directamente la maldad, o la astucia. Sin embargo, más allá de la literatura infantil o juvenil, sembrada por Kipling, Disney, Lewis Carroll, los hermanos Grimm, o Andersen. Se situan otros autores que basan sus escritos directamente en la observación de la naturaleza. Entre estos, me atrevería a decir que los más certeros serían Jack London y Ernest Thompson Seton. De este último me gustaría hablar.

Nacido el undécimo de catorce hijos, en Inglaterra, a la edad de seis años, su numerosa familia se traslada a Canadá. El entorno salvaje, despierta en el niño un interés inusitado, que se dedica a observar y dibujar la naturaleza. Su familia no comparte la afición del pequeño, pero debido a una afección, es enviado a los quince años y durante el verano a una granja en Lindsay. Es allí, donde de mano del granjero Willian Blackwell y su hijo George donde el joven Ernest ve sus deseos cumplidos. Junto con George acamparon en los bosques, procurando vivir como los indios habían hecho antes del advenimiento de los rostros pálidos. De estas vivencias saldría su libro: Dos pequeños salvajes (1903) 

Sus veranos en la granja orientaron las energías e intereses de Ernest Thompson Seton hacía el estudio de la naturaleza. Fundó los “Woodcraft Indians” un grupo juvenil inspirado en la ética y habilidades de los pieles rojas. No sería un camino fácil. Pero todas sus publicaciones estuvieron dirigidas hacía la vida salvaje. Historias que el mismo describía, explicando en forma de ficción la realidad de la existencia de los animales y sus formas de pensar.



Sus historias te acercan al mundo natural bajo una perspectiva única, haciendo que te preguntes y te plantees cómo sería vivir como un animal constantemente amenazado, por ejemplo, el conejo. Un ser que pasa su vida en peligro siendo la base de la dieta de muchos depredadores. Seguimos las corredurías de perros pastores, cuya fidelidad va más allá de su propia vida. Recorremos los bosques con astutos lobos, con instintos desarrollados para escapar del hombre. Leer sus cuentos y relatos te hacen mirar hacía las ignoradas montañas de otro modo, te remueve por dentro, bajo el traje de urbanita, se despierta otro ser que te habita, las casi olvidadas voces de tus ancestros que corrieron por esos bosques compartiendo con los animales el ansía por sobrevivir.

Desgraciadamente el mundo literario lo ha relacionado siempre con cuentos para niños, las adaptaciones de sus libros a animaciones infantiles como: El bosque de Tallac fueron cruciales para encasillarlo en este género. Personalmente encuentro en esos relatos mucha sabiduría, la misma crueldad de la naturaleza se muestra sin tapujos. En ellos la vida y la muerte, la despiadada intervención humana, la desconfianza, y nuestro alejamiento progresivo y destructivo del mundo natural. Seres humanos y animales obligados a entenderse, a compartir los frondosos bosques, sabiendo cada uno de ellos donde están los límites. En definitiva, unos cuentos apasionantes que sin discusión convierten a Ernest Thomson Seton en el mejor intérprete que ha tenido el mundo animal.
Rafael Becerra 

06 May 2021

El retrato de Gertrude Stein en POETRY (Traducción de Rafael Becerra)


Desde que se trasladó a Francia en 1903 hasta su muerte en Neuilly-sur-Seine en 1946, la escritora estadounidense Gertrude Stein fue una figura central en el mundo del arte parisino. Defensora de la vanguardia, Stein contribuyó a dar forma a un movimiento artístico que exigía una forma de expresión novedosa y una ruptura consciente con el pasado. El salón parisino del número 27 de la rue de Fleurus, que compartía con Alice B. Toklas, su compañera y secretaria de toda la vida, se convirtió en un lugar de encuentro para los "nuevos modernos", como llegaron a llamarse los jóvenes artistas de talento que apoyaban este movimiento. Entre aquellos cuyas carreras ayudó a lanzar estaban los pintores Henri Matisse, Juan Gris y Pablo Picasso. Lo que estos creadores lograron en las artes visuales, Stein lo intentó en su escritura. Experimentadora audaz y autoproclamada genio, rechazó la escritura lineal y orientada al tiempo, característica del siglo XIX, por una literatura espacial y orientada al proceso, específicamente del siglo XX. El resultado fueron poemas y ficciones densos, a menudo desprovistos de trama o diálogo, que dieron lugar a frases memorables ("La rosa es una rosa es una rosa"), pero no fueron libros de éxito comercial. De hecho, su único éxito de ventas, The Autobiography of Alice B. Toklas, unas memorias de la vida de Stein escritas en la persona de Toklas, era una narración estándar, de composición convencional.

Aunque los editores comerciales despreciaron sus escritos experimentales y los críticos los tacharon de incomprensibles, las teorías de Stein interesaron a algunos de los escritores con más talento de la época. Durante los años que transcurrieron entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, un flujo constante de escritores estadounidenses e ingleses expatriados, a los que Stein apodó "la Generación Perdida", acudieron a sus veladas. Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald y Sherwood Anderson fueron algunos de los que estuvieron expuestos a su búsqueda literaria de lo que ella llamaba una "descripción exacta de la realidad interior y exterior". Si Stein influyó o no en estos y otros grandes escritores modernos -incluido James Joyce, cuya obra maestra de la escritura modernista, el Ulises, fue compuesta después de su contacto con Stein- sigue siendo un tema de controversia. Sin embargo, los críticos están de acuerdo en que, sea cual sea su influencia, su propia obra, y en particular su escritura experimental, está muy descuidada. Como escribió Edmund Wilson en Axel's Castle: A Study in the Imaginative Literature of 1870-1930, "La mayoría de nosotros se resiste a sus soporíferos rigmaroles, a sus encantamientos ecolálicos, a sus catálogos de números que suenan a medias; la mayoría de nosotros la leemos cada vez menos". Sin embargo, recordando especialmente sus primeros trabajos, seguimos siendo conscientes de su presencia en el fondo de la literatura contemporánea".

Si la importancia de Stein como figura literaria ha quedado relegada en gran medida a un papel secundario, no hay que subestimar su influencia como personalidad. Era una figura imponente, dotada de una notable confianza en sí misma y de unos modales imponentes. Cuando las parejas acudían a su salón, Stein solía entretener a los hombres, mientras llevaba a las esposas a sentarse con Toklas. En el Dictionary of Literary Biography, James R. Mellow sugirió que el estilo de vida poco convencional de Stein y "su apertura a las tendencias de vanguardia pueden haber sido fomentados por su errática vida familiar".


Nacida en Allegheny, Pennsylvania, en 1874, Stein se mudó con frecuencia y estuvo expuesta a tres idiomas diferentes antes de dominar uno. Cuando tenía seis meses, sus padres la llevaron a ella y a sus dos hermanos mayores, Michael y Leo, a una estancia europea de cinco años. A su regreso, se instalaron en Oakland, California, donde Stein creció. A los 18 años, siguió a su hermano Leo a Baltimore, y mientras él asistía a Harvard, ella se matriculó en el Harvard Annex (rebautizado como Radcliffe College antes de graduarse). En esta época, el principal interés de Stein era el estudio de la psicología bajo la dirección del célebre psicólogo William James. Con su estímulo, publicó dos artículos de investigación en la Harvard Psychological Review y se matriculó en la Johns Hopkins Medical School. Tras suspender varios cursos, Stein abandonó el programa sin obtener el título. En su lugar, siguió a Leo primero a Londres y luego a París, donde se había instalado a principios de 1903 para seguir una carrera como artista. "París era el lugar", se cita a Stein en Gertrude Stein's America, de Gilbert A. Harrison, "que nos convenía a quienes íbamos a crear el arte y la literatura del siglo XX".

Nada más llegar, Stein se sumergió en la comunidad bohemia de la vanguardia, descrita por su hermano Leo como una "atmósfera de propaganda". Con la ayuda de su hermano mayor, Michael -un coleccionista de arte que vivía a pocas manzanas de distancia-, Stein empezó a acumular una colección de arte moderno propia. Además, a los 29 años se dedicó en serio a escribir.

Stein publicó su primer -y algunos dicen que mejor- libro en 1909. Tres vidas está compuesto por tres cuentos cortos, cada uno de los cuales investiga la naturaleza esencial de su personaje principal. De ellos, "Melanctha", el retrato de una joven mulata que sufre una infeliz aventura con un médico negro, ha sido especialmente elogiado. La historia, una reelaboración de un relato autobiográfico que Stein escribió sobre una infeliz aventura lésbica, "intenta trazar la curva de una pasión, su ascenso, su clímax, su colapso, con todos los cambios y modulaciones entre la disensión y la reconciliación a lo largo del camino", escribió Mark Schorer en El mundo que imaginamos.

El diálogo y otras facetas de la historia reflejan la influencia de la formación psicológica de Stein con James. "La identidad de sus personajes, tal como se revela en los hábitos y ritmos inconscientes del habla, la clasificación de todos los tipos posibles de personajes y el problema de exponer como un presente continuo los conocimientos que se habían acumulado a lo largo de un período de tiempo" son cuestiones jamesianas que afloran en el relato, según Meredith Yearsley en el Dictionary of Literary Biography. Dado que pocos escritores -si es que alguno- habían aislado estos temas de esta manera tan particular, la obra sigue siendo significativa. "Tanto por razones históricas como por su mérito intrínseco, 'Melanctha' debe clasificarse como uno de los tres o cuatro relatos cortos completamente originales que se han producido en este siglo", concluye Oscar Cargill en su Intellectual America.

A medida que desarrollaba su oficio, Stein se volvió más experimental en su escritura. Como sus obras no se publicaron en el orden en que fueron compuestas, es difícil trazar la progresión de sus experimentos, pero los críticos señalaron The Making of Americans: Being a History of a Family's Progress (escrita entre 1906 y 1908 y publicada en 1925) como un hito. El libro, una novela de 900 páginas sin diálogo ni acción, no tuvo interés comercial y permaneció inédito durante 17 años. Comenzó como la crónica de una familia representativa y evolucionó hasta convertirse en una historia de toda la raza humana, reflejando tanto el interés de Stein por la psicología como su obsesión por el proceso de la experiencia. Al no confiar en la narración para transmitir la complejidad del comportamiento humano, Stein empleó la descripción para lograr lo que ella llamaba "un presente continuo". Comparó esta técnica con la de una cámara cinematográfica, que congela la acción en fotogramas separados. Aunque no hay dos fotogramas exactamente iguales, cuando se ven en secuencia presentan una continuidad fluida.


Katherine Anne Porter, al escribir una crítica de The Making of Americans, comparó la experiencia de leer el libro con entrar en "una gran espiral, una espiral lenta, cada vez más amplia y sin medida que se desenrolla horizontalmente. Las personas de este mundo parecen estar inmóviles en cada etapa de su progreso, cada una está naciendo, llegando a todas las edades y muriendo simultáneamente. Se percibe que es un mundo sin movilidad, todo tiene lugar, ha tenido lugar, tendrá lugar; por tanto, nada tiene lugar, todo a la vez". Porter sostenía que este tipo de escritos no se basaban en juicios morales o intelectuales, sino simplemente en las observaciones de Stein sobre "actos, palabras, apariencias que dan su visión; limitada, personal en extremo, prejuiciada sin calificación, basada en suposiciones fundadas en el vacío de la pura sinrazón". En su obra I Hear America, Vernon Loggins describió el lenguaje de Stein como "pensamiento al desnudo, no pensamiento vestido con los ropajes de la retórica gastada". Mark Schorer también señaló su enfoque orientado al proceso: "Su modelo ahora es Picasso en su fase cubista y su ambición una plasticidad literaria divorciada de la secuencia y la consecuencia narrativas y, por tanto, del significado literario. Intentaba que la literatura dejara de ser un arte temporal y se convirtiera en un arte puramente espacial, que utilizara las palabras sólo por sí mismas".

Stein llevó esta técnica aún más lejos en Tender Buttons: Objetos, comida, habitaciones. Publicado a su costa, el libro contiene pasajes de escritura automática y se configura como una serie de párrafos sobre objetos. Desprovisto de lógica, narración y gramática convencional, se asemeja a un collage verbal. "Tender Buttons es a la escritura... exactamente, lo que el cubismo es al arte", escribió W.G. Rogers en When This You See Remember Me: Gertrude Stein in Person. "Tanto el libro como el cuadro aparecieron en, pertenecen a, no pueden ser eliminados de nuestro tiempo. Esa cualidad particular en ellos que suele ridiculizarse, lo dispar, lo disperso, el subirse a un caballo y cabalgar en todas direcciones, la atomización de sus respectivos materiales, la visión distorsionada, todo eso no fue imaginado sino extraído de su época única. Si el siglo XX tiene sentido, también lo tienen Stein y Picasso". A pesar de su inaccesibilidad, Rogers calificó Tender Buttons de "esencial, porque aquí está el tipo de Stein que lanzó mil burlas; esto representa la gran ruptura con el tipo de libros a los que habíamos estado acostumbrados, y una vez que has sucumbido a él, puedes soportar cualquier cosa, te has convertido en un lector de Stein".

Stein explica la teoría en la que se basan sus técnicas en Composition as Explanation. Pero incluso los críticos que entendían su enfoque se mostraban escépticos ante su capacidad para reducir el lenguaje a la abstracción y seguir utilizándolo de forma que tuviera sentido para alguien más allá de ella misma. Como señaló Alfred Kazin en el Reporter, "dejaba fluir la corriente de sus pensamientos como si un libro fuera sólo un receptáculo para su mente. ... Pero el problema de estos pensadores puros en el arte, la crítica y la psicología es que la mente es siempre un instrumento, no su propio tema claro". Cuando Stein adoptó temas convencionales, como hizo en sus memorias, The Autobiography of Alice B. Toklas, tuvo un éxito rotundo.

La Autobiografía de Alice B. Toklas relata las experiencias de Stein en el colorido mundo del arte de París en el periodo de entreguerras. Fue escrita por Stein desde el punto de vista de Toklas, una técnica que "permite a la señorita Stein escribir sobre sí misma mientras finge ser alguien muy entregado a sí mismo", dijo el colaborador de New Outlook Robert Cantwell. A pesar del enorme egoísmo que se escondía detrás de la empresa, los lectores acudieron en masa a la publicación (que sería el único bestseller de Stein), fascinados por el vívido retrato de un mundo genuinamente creativo. Como señaló Ralph Thompson en Current History, "el estilo es ingenioso, conscientemente ingenuo, a veces pomposo, pero nunca es aburrido ni oscuro, y a menudo es muy divertido". La Autobiografía de Alice B. Toklas debería convencer incluso a los más escépticos de que la señorita Stein tiene talento y algo que decir".

Además de escribir libros, Stein también contribuyó con libretos a varias óperas de Virgil Thompson, especialmente Cuatro santos en tres actos y La madre de todos nosotros. Al año siguiente de la publicación de su autobiografía, Stein regresó a Estados Unidos para celebrar el éxito de la puesta en escena de Cuatro santos en el Wadsworth Atheneum de Hartford (Connecticut) y realizar una gira de conferencias. A pesar de que había estado ausente durante 30 años, Stein fue tratada como una reina y su regreso fue noticia de primera plana en los principales periódicos. Describió su visita de seis meses en un segundo libro de memorias, Everybody's Autobiography. Una vez concluida su gira, Stein regresó a Francia, donde permaneció el resto de su vida, aunque se trasladó de París a un pueblo cercano a la frontera suiza durante la Segunda Guerra Mundial. Muchos de sus escritos posteriores tomaron la guerra como tema, en particular Brewsie y Willie, que trataba de captar la vida de los soldados estadounidenses comunes a través de su discurso.


Una historia de no haber seguido siendo amigas muchas veces: La correspondencia entre Mabel Dodge y Gertrude Stein, 1911-1934 sigue la relación de las dos mujeres, que se vieron pocas veces, a través de sus cartas, recogidas por la editora Patricia R. Everett. La pareja se conoció en París en 1911, y cuando Stein pasó un tiempo con Dodge en su villa italiana, se inspiró para escribir Portrait of Mabel Dodge at the Villa Curonia (Retrato de Mabel Dodge en la Villa Curonia), que la colaboradora del New York Times Book Review, Julie Martin, calificó como "un encadenamiento impresionista de vívidas imágenes que sugieren los tejemanejes físicos, emocionales y sexuales en la villa, en particular las aventuras nocturnas de Dodge con el joven tutor de su hijo". Martin señaló que las memorias de Dodge insinúan "algunos coqueteos muy intensos" entre Dodge y Stein. Dodge se casó cuatro veces y, además de Stein, recibió a Bernard Berenson en Europa, así como a Alfred Stieglitz, Lincoln Steffens, Carl Van Vechten y su antiguo amante John Reed, en Nueva York. Cuando se trasladó a Taos (Nuevo México), entre sus invitados se encontraban el psicoanalista Carl Jung y los escritores Thornton Wilder, Willa Cather y Frieda y D.H. Lawrence.

Cuando Dodge se trasladó a Nueva York, contribuyó a acercar el arte moderno al público estadounidense. En su exposición de 1913 puso a la venta un número de la revista Art and Decoration, que contenía un artículo en el que Dodge comparaba la escritura de Stein con el cubismo de Picasso. Algunos, incluido Dodge, han especulado con que su amistad se enfrió por los celos de Toklas, pero las diferencias de opinión sobre cómo promover los escritos de Stein en Estados Unidos pueden haber tenido más que ver con el deterioro de su relación. Dodge no aprobaba la elección de Stein de los editores, calificando la casa de "absolutamente de tercera categoría". Su correspondencia se ralentizó y Stein ignoró la invitación de Dodge a su matrimonio con el nativo americano Tony Luhan, cuya cultura había adoptado Dodge tras su traslado a Taos. La última vez que las mujeres tuvieron contacto fue en 1934.

Se publicaron dos colecciones de la obra de Stein: Gertrude Stein: Escritos 1903-1932 y Gertrude Stein: Writings 1932-1946. Richard Howard escribió en el New York Times Book Review que "'América es mi país y París es mi ciudad natal', solía decir Stein, y este gran conjunto de sus obras en todos los géneros imaginables (y algunos inimaginables) constituye ciertamente la indemnización de un exilio y la recompensa de un regreso a casa".

En la década de 1980, se abrió un armario de la Biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale, que hizo pública por primera vez una colección de papeles de Stein, que incluía 300 notas de amor escritas por Stein y Toklas. La editora Kay Turner recopiló las mejores y las publicó como Baby Precious Always Shines: Notas de amor seleccionadas entre Gertrude Stein y Alice B. Toklas. La mayoría de las notas fueron escritas por Stein para Toklas, a quien llamaba "Baby Precious", quien a su vez llamaba a Stein "Mr. Cuddle-Wuddle". Las notas revelan casi 40 años de declaraciones poéticas de afecto y detalles de su intimidad. Un colaborador de Kirkus Reviews escribió que "la colección hace un caso convincente de la afirmación de Toklas de que 'las notas son una forma muy hermosa de literatura', personal, provocativa y tierna".

Recordada hoy en día sobre todo como una personalidad interesante cuyas obras se leen poco, Gertrude Stein ha dejado sin embargo su sello en la literatura moderna. Como escribió John Ashbery en ARTnews, "Sus estructuras pueden ser demolidas; lo que queda es la sensación de que alguien ha construido". Murió en 1946, y desde entonces su obra ha cobrado mayor importancia.

  Traducción: Rafael Becerra Bernal 

05 May 2021

LA CAMPANA DI VETRO DI SYLVIA PLATH - di Rafael Becerra (Traduzione di Silvia Pantò)

 


È difficile capire le ragioni di un suicida. La scala di valori alla quale ci atteniamo normalmente non fornisce alcuna spiegazione sull'atto di togliersi la vita. In molti casi le ragioni del suicida, sono relazionate ad alcune circostanze che, unite ad una considerevole dose di disperazione, portano l'individuo a mettere fine alla propria vita, in un momento di crisi. Ma quando sono gli squilibri della mente a spingere una persona al suicidio, le spiegazioni ed i ragionamenti a riguardo sono superflui. 

La campana di vetro, è un libro più che premonitore, si potrebbe dire, perché pubblicato quasi in contemporanea al suicidio dell'autrice. Fu pubblicato subito dopo la sua morte. La protagonista del libro, Ester Greenwood, è la stessa Sylvya Plath, che narra l'intimo viaggio verso la pazzia, la successiva guarigione e reinserimento nella società. In realtà, questo reinserimento si trasformò nella sua fine. 


Da sempre, le persone che si tolgono la vita hanno attirato la mia attenzione. Un certo sentimento di rispetto e ammirazione, visto il coraggio nascosto dietro al gesto. Sono però caduto nell'errore di pensarlo come un atto premeditato. Proprio due anni fa ho vissuto da vicino il suicidio di una donna, sorella di un mio caro amico. Questa persona, professoressa, madre di due bambini, e apparentemente normale, conduceva una vita tranquilla e monotona, come quasi tutti noi, fino a quando qualcosa cominciò a rompersi nella sua mente, cominciò a dire di volersi togliere la vita. Suo fratello, senza ancora essersi reso conto dell'accaduto, mi raccontò con tristezza tutte le fasi che la donna aveva attraversato, fino a raggiungere il suo obiettivo. Ascoltare questo racconto fu sconvolgente: -Le voci mi dicono ucciditi! Credo che non c'è bisogno di soffermarsi ancora di più sul caso, già che nessuna congettura sfoderata dalla ragione ci farebbe arrivare ad una conclusione plausibile. 

Sylvia Plath si suicidò nel 1963. La campana di vetro, il suo primo romanzo che ho letto, mi ha fatto scoprire un'autrice dalla sincerità spiazzante, e il suo sguardo allo stesso tempo lucido e freddo, nascosto nelle pieghe del suo personaggio. Mostra, senza maschere, che le cose più semplici della vita possono essere progetti impossibili per quelle persone che rimangono chiuse all'interno questa campana immaginaria. La similitudine tra l'autrice e il suo personaggio è devastante. 31 anni, una vita corta per quel che può sembrare a noi, ma un eternità che pesa come un macigno per quelli che non riescono a sopportare il peso della propria esistenza. La sensibilità di questa donna invita ad immergersi nei suoi scritti, nelle sue poesie, che vi trascineranno in pieno verso il suo cuore e la sua mente. Poesia confessionale l'hanno definita, con l'ansia di classificare tutto, come se il fatto di porre un'etichetta ci desse la sicurezza che quello che leggiamo fosse catalogabile, quasi per farlo diventare innoquo, affinchè non ci faccia male. Si sbagliano. Sì, che può far male! La poesia, sono i cocci di cui si compone una persona. Non possono venire assemblati per appartenere a questo genere letterario o a quell'altra categoria, devono piuttosto spingerci al bordo del pozzo dal quale sono emersi, obbligandoci ad affacciarci e a guardarci dentro, anche solo per un istante, per vedere quanto sia spaventoso, ma allo stesso tempo bellissimo, vivere.
Rafael Becerra

28 April 2021

LE TANTE MORTI DI AMBROSE BIERCE di Rafael Becerra (Traduzione di Silvia Pantò)

 




È comune alla maggior parte dei recensori e biografi delle opere di Ambrose Bierce lasciarsi coinvolgere dai fatti che riguardano la sua misteriosa scomparsa e la sua morte. La questione in sè, alimenta la mente macabra dei lettori e degli stessi editori che continuano a parlare di come finì la vita dello scrittore al punto da inventare conclusioni bizzare, solo per poter avere un epitaffio certo di uno dei più grandi misteri della letteratura.

Per quanto molto conosciuta, non è della sua misteriosa scomparsa che voglio, ma delle tante morti che una persona si ritrova a dover affrontare nella propria vita, quelle che forgiano il carattere perché originate da circostanze dolorose, che possono condizionarci per tutta la vita. Questo fu il caso di Bierce, che gli inglesi soprannominarono Bitter Bierce, a causa dell'amarezza e della disillusione tipiche dei suoi scritti. Basta osservare la sua biografia per farsi venire un nodo in gola.

Essere il più giovane di nove fratelli, di una famiglia umile, in un villaggio dell'Ohio nel 1842, non può essere definita una fortuna, cosa che pensava anche Bierce, e da cui nasceva l'odio verso la propria famiglia. Suo fratello Albert era l'unico che sfuggiva all'ira della sua penna, non si sa bene perchè, ma si può intuire facilmente. E
ra sua madre il vero capo famiglia, calvinista e puritana, gestiva con rigore le vite dei propri figli e del marito scansafatiche, con la frusta in una mano e la bibbia nell'altra.

È in questo ambiente repressivo e pieno di pregiudizi che crebbero i nove figli e non c'era da meravigliarsi se tutti desiderassero scappare da lì. Uno dei suoi fratelli fuggì con un circo e un'altra sorella, andata in missione in Africa, ebbe un drammatico incidente relazionato alla dieta di alcuni indigeni.

A 17 anni Bierce entrò nell'accademia militare ma presto esplose la guerra di secessione che nel 1861 lo trascinò con sè. La tragedia della guerra si manifestò davanti gli occhi di quel ragazzo, con tutta la sua crudeltà e drammaticità; egli stesso ne farà le spese rimanendo gravemente ferito. Quest'esperienza così orribile fu ciò che ispirò buona parte delle sue opere. Difatti non vi era traccia d'invenzione alcuna nelle storie narrate in Nel mezzo della vita. Racconti di soldati e civili: ogni oscenità descritta
, sia morale che fisica, fu realmente vissuta in prima persona da Bierce. I racconti contenuti in quest'opera sono quelli di persone segnate da un destino avverso. Un'opera pacifista, che mostra le ombre di uno spettacolo bellico misero e privo di grandezza. Molti studiosi considerano questa raccolta di racconti come la sua miglior opera.

Bierce si stabilì poi a San Francisco e iniziò a scrivere per diversi giornali, interessandosi alla politica locale, venendo nuovamente deluso anche da questo mondo. Fu però questo il periodo in cui incontrò Mark Twain, con il quale strinse una solida amicizia. In seguito andò a vivere a Londra per tre anni, forse il periodo migliore della sua vita. Successivamente si sposò, ma purtroppo non visse un matrimonio felice: due dei suoi figli morirono tragicamente, uno in una rissa e l'altro alcolizzato. Nel 1889 si separarò da sua moglie, dopo 18 anni di matrimonio. Nel 1876, una volta tornato a San Francisco, ricominciò a scrivere per giornali attraverso i quali raggiunse un grande prestigio. Stufo del suo amaro presente, si imbarcò in quella che risultò essere la sua ultima avventura. Realizzò, prima di tutto, un viaggio in cui ripercose i campi di battaglia della guerra di secessione americana, e nel 1913 partì per la guerra civile in Messico, luogo in cui si persero le sue tracce.


Di Ambrose Bierce rimangono le sue opere, i suoi magnifici racconti, le sue storie fantastiche ed il suo incatalogabile e inimitabile Dizionario del diavolo, un'opera corrosiva piena di black humor, in cui lo scrittore fa magistralmente i conti con una società corrotta. Un capolavoro universale, sempre attuale,da rileggere spesso, vista la brutalità dei nostri giorni.

Bierce fu paragonato a scrittori come Nathaniel Hawthorne, Herman Melville, Edgar Allan Poe y Stephen Crane. Con un curriculum di questo livello, vale la pena immergersi nelle sue opere, perché si viene immediatamente catturati dal suo stile vivace, che trascina nelle storie, a volte terrificanti, altre violente, o fantastiche, con titoli davvero suggestivi come Il club dei parenticidi.

Un autore che continua a suscitare ammirazione e al quale è importante ritornare spesso per ricordarci che nessuna vanità, nessun cosa materiale, potrà salvarci dalla stupidità.

20 April 2021

LA CAMPANA DE CRISTAL de Sylvia Plath - por Rafael Becerra




Es difícil comprender las razones de un suicida. La escala de valores a las que nos atenemos las personas normalizadas no servirían para establecer ni para acercar una explicación al acto de quitarse la vida. En muchos casos esas razones pueden atender a determinadas circunstancias que junto con una buena dosis de desesperación llevan a la persona a terminar con su vida, quizás en un arrebato. Pero cuando es la mente distorsionada la que lo empuja al suicidio, las explicaciones o razonamientos quedan fuera de la ecuación.

La campana de cristal, es un libro, más que premonitorio, se podría decir, contemporáneo con el suicidio de su autora: Sylvia Plath. Fue publicado tras su muerte, y su protagonista, Ester Greenwood es ella misma, narrando el viaje íntimo hacía la locura y su posterior recuperación e integración en la sociedad. En la realidad, esa integración se transformó en su propio fin.


Siempre he tenido en alta consideración a las personas que se quitan la vida. Cierto sentimiento de respeto y admiración, dada la valentía del acto. Pero he caído en el error casi siempre de pensar en ello como un acto premeditado. Hace apenas dos años viví de cerca el suicidio de una mujer, hermana de un buen amigo. Esta persona, profesora, madre de dos hijos, y aparentemente normal, llevaba una vida tranquila y monótona como casi todos nosotros, hasta que algo comenzó a romperse dentro de su mente, y comenzó ha hablar de quitarse la vida. Su hermano, incapaz de comprenderla me narró con amargura los pasos que siguió hasta conseguir llevar a cabo su objetivo. Escuchar ese relato es estremecedor: -¡Las voces me dicen mátate! Creo que no hace falta ahondar más en el caso, ya que ninguna conjetura lanzada desde la razón nos haría llegar a ninguna conclusión plausible.

Sylvia Plath se suicidó en 1963, la 
La campana de cristal es la primera novela que leo de ella, pero me ha descubierto a una autora de una sinceridad brutal, su mirada encubierta en su personaje, de una lucidez y una frialdad terrible y hermosa al mismo tiempo. Muestra sin disfraz que las cosas más sencillas de la vida pueden ser proyectos imposibles para aquellas personas encerradas bajo esa campana imaginaria. El símil es demoledor. 31 años, una corta vida según lo podríamos ver nosotros, pero toda una eternidad que pesa como una losa para aquellos que no pueden soportar el peso de la misma. La sensibilidad de esta mujer invita a sumergirse en sus escritos, en sus poemas, que te arrastran de lleno a su corazón y su mente. Poesía confesional la nombraron algunos, en ese afán de tener todo clasificado, como si el hecho de poner una etiqueta nos diera la seguridad de que lo que leamos allí, ya está catalogado, ya no puede hacernos daño. Se equivocan. Sí que puede, la poesía que son trozos de una misma no se puede maquillar con clasificaciones ni etiquetas, siempre nos va a arrastrar al pozo de donde salieron, nos va a obligar a asomarnos al brocal y mirar dentro para que, aunque solo sea un instante, nos muestre lo terrible y hermoso que es vivir.
Rafael Becerra 

10 April 2021

Una esvástica en la cara de Luca Buoncristiano - por Rafael Becerra (Español)



¿Dónde está mi padre? ¿dónde está mi madre? La que dicen y redicen que me cambió por unas cervezas ¿Porqué este ansía de las instituciones por controlar mi educación? ¿Porqué tantas leyes como cadenas?  Comienza el viaje a la mente del asesino ¿Pero?¿qué asesino? Manson no mató a nadie, lo convirtieron en el chivo expiatoria de un sistema represor contra todo un movimiento cultural a finales de los sesenta. El tipo desde luego no era un santo, como tantos otros, un marginal desubicado, un delincuente juvenil oportunista en busca de un destino que le fuese favorable. En su persona se condensa la desorientación de una generación en busca de si misma, enfrentada a un gigante sin piedad a la hora de aplastar cualquier crítica o intento de cambiar las cosas.

Luca Buoncristiano nos introduce en la mente del más infame asesino de masas de todos los tiempos según los titulares de los diarios sensacionalistas americanos durante décadas. A través de las entrevistas que concedió, el autor nos invita a un viaje alucinado de un actor secundario dentro de su propia vida, donde el personaje fagocita a la persona. La irremediable víctima de un sistema que no estaba dispuesto a dejar que nadie, y menos un hippie, (cosa que Manson no era) hiciera temblar los cimientos de la democracia (siempre tan demócrata) americana.


Músico, ladrón, ideólogo, inadaptado, poeta, beatnik. Heterodoxo exponente de una época controvertida y cambiante cuyas heridas todavía duelen y cuyas brasas aún resplandecen.

Un paso más para entender las claves de un gigante implacable cuyo mayor enemigo fueron siempre los díscolos hijos que crecieron en su seno. La guerra más grande llevada a cabo por los EEUU fue siempre contra su propia estirpe. Un dato del que han tomado buena nota todos los países cercanos a su órbita.

Condenado por conspirar para cometer los asesinatos Helker Skelter de Sharon Tate y sus amigos el 8 de agosto de 1969 y los de Leno y Rosemary La Bianca a la siguiente noche. Un juicio y una acusación que hacían aguas por todas partes. Una historia que ha hecho millonarios a los ideólogos de películas, especiales de televisión, camisetas, libros.

Un relato que aporta su granito de arena para entender la contra-cultura americana en uno de sus grandes protagonistas. Totalmente recomendable, para comprender los mecanismos del poder político, que no tiene reparo en devorar sus propios principios.

Rafael Becerra